Nuestras Alas

Estuve en contacto con un chamán mejicano durante varios años, de forma casual y por su insistencia en ayudarme a purificarme. Me decía que en su momento «cuando los de arriba» lo aprobasen me implantaría unas alas. Yo no entendía nada de lo que eso significaba. Yo le sonreía cada vez que él insistía en «testarme«, mes tras mes, para ver si ya me las podía poner y para su sorpresa visible los de arriba le decían NO.

Él se mostraba perplejo y yo me sonreía porque no entendía en absoluto sus pases con los cristales de amatista y cuarzo para limpiarme energéticamente. Él era quien insistía, quien me buscaba, Yo misma era total ignorante de ese mundo invisible en el que él se adentraba y consultaba. El chamán tendría sus razones e intuiciones sobre mi, que yo misma desconocía pero me prestaba a seguirle de forma intuitiva.

Ante tanta perseverancia llegó el día en que le respondieron SI y el chamán lleno de contento, me citó junto con dos personas más, en los jardines de la Alhambra en Granada, donde inició una ceremonia para colocarnos las «alas» que nos darían el poder de la libertad de ser.

De esto hace ya varios años. Desde entonces, no ha vuelto a aparecer en mi vida este generoso chamán, que algunos consideraban un loco.

´´El me dijo «mueve las alas, siéntelas» «Toma el control de tu destino. Crea tu realidad más elevada».

La verdad es que no me acuerdo muchas veces de moverlas. Cuando lo hago me sonrío, sintiendo la perfección de la vida más allá de lo personal.