Cuando se nos pone a prueba

Hoy llamo a los testigos de mi Alma; a los que la ven florecer. Porque yo misma estoy la mayoría del tiempo inmersa en el mundo de las emociones y eso me dispersa y me aleja de mi Ser.

Ya dejé de cuestionarme quién soy. Aceptar lo que no se puede cambiar no es resignarse ni conformarse con menos de lo que creemos merecer. Aceptar lo que no se puede cambiar ensancha nuestra capacidad de paciencia y confianza absoluta en la Misericordia divina.

En esos momentos cruciales en los que se nos pone a prueba, tenemos que poner en práctica lo que en teoría sabemos tan bien. Cuando realmente tenemos que sacar fuera nuestra valentía y decisión, nuestra templanza… esos son los momentos cruciales que nos hacen dar un salto real hacia adelante.

¡Tantas veces salí huyendo! Tantas veces le di la espalda a mis responsabilidades, Pero la vida se encarga de enfrentarte, una y otra vez, -las veces que hagan falta- a la prueba que debes superar; a achicar el Ego, a aflojar convicciones, a desinflar la soberbia… a crecer en Conciencia.

Y uno intentará disfrazarse, podrá quizá atrasar los hechos, buscar un atajo para salir airoso, negar a los gritos el someterse al Plan divino pero nosotros los humanos somos diminutos seres insignificantes ante el Poder de la Conciencia Superior a la que pertenecemos. Poner resistencia crea sufrimiento innecesario.

Cuando el Ego claudica ocurre entonces un cambio progresivo en donde la Conciencia apacigua a la Mente. El diálogo interno se suaviza y lo observado se vuelve relativo.

Confiemos.