El Alma sosegada

Existimos dentro de la eternidad, entonces, para qué tanta prisa. ¿Prisa de qué?

Yo quiero tener un Alma sosegada… ¿Cómo parar este mundo de urgencias?

Por un corto tiempo viví fuera del sistema, algo realmente casi imposible. El caso es que sucedió así y cuando venía alguien a visitarme me sorprendía ver -literalmente ver– el nerviosismo, la ansiedad, los nervios, el estrés, que traían consigo las personas… pareciéndoles a ellas NORMAL su estado.

Yo quiero tener un Alma sosegada, en calma, porque toda esa celeridad en la que ya hemos incorporado a los niños, es enfermiza.

Yo quiero tener un Alma sosegada, porque estamos dentro de un proceso de amplificar la Conciencia y salir de la parte estrecha del embudo; ese tramo de la vida que es de sobreesfuerzo, sacrificio, sufrimiento, debido a la poca Conciencia y conocimiento de nosotros mismos.

Yo quiero tener mi Alma sosegada y así, al VER, me adentro en lo que miro. Al VER, mi Conciencia está activa, Miro las montañas pero para sentirlas que están vivas, tengo que sentirlas desde mi corazón. Entonces es que puedo percibir su majestuosidad.

En la calma de la Mente y corazón existe la neutralidad de las emociones y los pensamientos. Es entonces que elegimos dejar atrás lo inútil. Elegimos atraer y vibrar en las frecuencias del Amor. Elegimos vivir el Presente con honestidad, gratitud, compasión y respeto.