
A muchos nos hicieron creer que cuidarnos y querernos a nosotros mismos es egoísmo.
Así que, distraídos en el descontento y el lamentarnos de lo mal que está el mundo, andamos desatendiendo nuestra propia felicidad y calidad de vida.
Ni tu ni yo vamos a arreglar el mundo desde la queja por lo tanto, ese tiempo y espacio que le dedicamos a algo tan general que se nos escapa de las manos y que resulta ha sido convertido en un entretenimiento para la mente y nada más que eso, ese tiempo y espacio podríamos dedicarlo, primero, a hacer una limpieza mental para deshacernos de pensamientos e información inútil y negativa.
En segundo lugar, llenar ese nuevo espacio para crear un nuevo hábito constructivo y real según nuestras posibilidades, Comenzando por ser más activo en amabilidad con los nuestros, con nosotros mismos, con los vecinos, con el barrio, … ¿en qué puedo ayudar? …
Llenemos ese nuevo espacio, que antes lo dedicábamos a la queja, a reparar daños en nosotros, a hacer las paces con los que estemos enfadados, a satisfacer a la familia, a reconciliarnos con nosotros mismos. … reconsideremos cuán felices somos.
Así ya estamos mejorando el mundo …
