Mi Mente viajó por el Espacio a grandísima velocidad. Sé, con toda certeza, que era mi Mente, sin más.
Era una sensación agradable -si hubiese habido lo que denominamos sensaciones-. Simplemente sucedía y yo era Observadora además de la protagonista en acción.
Hice este viaje a través de un sueño -si hubiese habido un soñar-.
Ya sabéis, a veces durmiendo somos transportados a otra dimensión.
Ha habido una advertencia en todo esto de no esperar demasiado de lo que hay fuera; la vieja forma de actuar está llegando al final.
Al corazón no llegan palabras sino energías con mensajes claros: «no te disperses, concéntrate en tu propia vida, desde tu Conciencia como guía».
