En el momento en que logras la conexión con tu ser esencial -el alma y tu espíritu- se abren las puertas del Conocimiento Intuitivo.
Esto quiere decir que, por encima de la facultad de razonar que tiene nuestra mente y por encima de los cinco sentidos que utiliza el ser humano de forma autómata, existe un sexto sentido que es el de la intuición con el que podemos tener una mayor sensibilidad, una inmensa capacidad de captación y percepción -interior y exterior- que puede llegar a grados tan altos como la clarividencia y la telepatía.
Y es que al desarrollar la mente más allá de la razón y la lógica, la Intuición comienza a dirigir tu vida. Ello hace que comiencen a desaparecer todas las energías densas que antes te dominaban y bloqueaban esos talentos que nos son innatos. Es preciso deshacerse de los miedos, la inseguridad, el egoísmo.
Ahora se ha abierto un Canal de entendimiento directo desde tu mente superior con la Conciencia Suprema. Al mismo tiempo, tus centros energéticos se han alineado y puesto en marcha y todo el «tendido eléctrico» del cuerpo sube su voltaje.
No sucede de otra forma; tenemos que potenciar y adecuar nuestra frecuencia de vibración con la del Universo para entrar en esa sintonía única y fluir con ella. Hay que tomar conciencia de quiénos somos.
Si no es así, nos sentimos «separados», vacíos, abandonados, confundidos y siempre en conflicto… es un sentimiento de DESCONEXIÓN; en el que el alma no está atendida, es ignorada. Se funciona bajo mínimos.
Mientras permanezcamos ignorantes de la Realidad. Ignorantes de nuestro potencial «divino», como seres de Luz que somos, vivimos dentro del sufrimiento que crea el ego y la mente.
El Conocimiento Intuitivo nos lleva a la maestría de la vida, a la excelencia como humanos, al conseguir el equilibrio perfecto de las energías de la Tierra y del Cielo.
