Lo que sufre el Ego

Quien se molesta es siempre el ego. Si caemos en la trampa de sentirnos ofendidos por algún comentario inoportuno y replicamos  con enfado; ese es el ego. El ego habita en la mente inferior, es reacio a ceder y siempre reacciona de forma exagerada.

Si nos sentimos heridos por observaciones irónicas, comentarios sarcásticos, y hasta por cosas sin importancia;  ese es el ego reaccionando.

Las luchas de poder a todos los niveles, las rivalidades, la competitividad, donde entran los celos y las envidias; ahí está el ego sufriendo. El ego jamás permitirá se le contradiga y si calla la rabia se lo come por dentro.

Quien miente, quien tiene miedo, quien siente frustración -no importa las razones-, sigue siendo el ego expresándose.

Lo que apasiona al ego es sentenciar al hablar, recrearse a sí mismo haciendo declaraciones sobre moralidad y doctrina… porque está complentamente convencido que él sabe más, que él es el mejor (humildemente claro). Y si es un ego muy bien alimentado creerá que está llamado a salvar el mundo…

Todo el espacio que ocupe el ego se lo está restando al amor por los demás y al verdadero amor por sí mismo.

 

Un ego exagerado  está centrado en el personaje que uno representa como protagonista principal absoluto de la obra. El ego se alimenta de todas las energías negativas que hay en nosotros.

Tomar conciencia de ello es la forma de atraparlo. El amor es la mejor red para capturarlo y ponerlo en su sitio. Moderar todos sus excesos ayuda a que la Conciencia se desarrolle y conecte con el alma colectiva del universo: Somos Uno.

 

Conectar con el alma

Cuando doy Reiki a otra persona, es decir, cuando conecto con el alma de  otra persona y voy a su campo astral, es cuando canalizo, veo, siento… y las energías superiores actúan.

Surgen energías que apartan velos o rompen lazos de dependencias enfermizas. Acaricias el aura y la peinas. Bajan los ángeles al ser invocados y sin darte cuenta entras en otra dimensión donde no hay mente. En donde el entendimiento es directo y no pasa por el intelecto.

La percepción se acrecienta y es ella -junto con la intuición- quien dirige para hacer o decir lo que sea necesario. Se transmiten palabras que son llaves o hacen de puente para ir al subconsciente con facilidad. Hay mensajes que van directos al corazón y éste se rinde a las evidencias que no quería ver, iluminándolo por un instante.

Esto es lo que llamamos Reiki y las energías que se canalizan y  transmiten son las del Amor Puro incondicional, que es la energía sanadora por excelencia.