Nosotros elegimos. Elegimos pasar por experiencias de sufrimiento debido a la resistencia de nuestro ego a escuchar la voz del corazón.
Elegimos la enfermedad por la terquedad de nuestro orgullo a no querer ver la Verdad y por la intransigencia a no ceder y reconocer los errores.
Elegimos no perdonar y quedarnos con el veneno dentro del resentimiento y el odio.
Elegimos la actitud de la envidia y la rabia, no queriendo prestar oído a la compasión.
Pero también tenemos la posibilidad y la libertad de elegir rectificar, mejorar, aprender, reconstruirnos…
Podemos elegir cambiar de hábitos y podemos elegir ser felices.


